tejados en Cantabria

Las cubiertas están expuestas a gran cantidad de agentes externos, como las condiciones climáticas adversas, la contaminación o los excrementos de los animales. Todas estas cuestiones contribuyen al deterioro de los tejados, pudiendo también provocar daños de mayor envergadura. Según nuestra experiencia en la realización de todo tipo de trabajos en tejados en Cantabria, conocemos bien los principales daños que suelen tener lugar como consecuencia de las lluvias.

Resulta evidente que el paso del tiempo pasa factura a los diferentes paramentos de la construcción y ocasiona desgaste y todo tipo de problemas. Sin embargo, las lluvias torrenciales o tormentas son culpables de muchas de las averías que encontramos en los tejados habitualmente.

Atascos en el canalón

Es más frecuente de lo que parece. El atasco dentro del canalón puede ser causa de la cantidad de agua caída en un corto período de tiempo, pero también por la suciedad y restos orgánicos que pueda arrastrar el agua de lluvia. El motivo no importa demasiado, pero cuando el canalón se obstruye es necesario desatascarlo cuanto antes. El tubo podría desbordarse o acabar desprendiéndose del tejado.

Goteras

La impermeabilización de cubiertas es una cuestión fundamental para evitar que el agua de lluvia termine penetrando en el interior de la vivienda. El problema es que los edificios más antiguos no cuentan con estos sistemas o son nulos o ineficiente. Cuando esto ocurre el agua puede acceder al interior y formar una gotera, creando un problema de humedad y una molestia.

Desprendimientos

Cuando una cubierta no está en buen estado y se desata un temporal es posible que lleguen a desprenderse las tejas, con el peligro que esto supone para los viandantes.

En Grupo Acebo queremos destacar que el mejor modo de evitar todos estos problemas en las cubiertas es realizar un mantenimiento preventivo adecuado. Tareas que te permitirán ahorrar grandes cantidades de dinero en los arreglos que estos daños puedan causar en los tejados. Evitando así el riesgo de desprendimientos de cascotes que puedan caer sobre los viandantes que transitan alrededor del edificio.

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