Muchas fachadas no están correctamente aisladas y generan una importante pérdida energética en los edificios. Por ello, es importante elegir una empresa de fachadas ventiladas. Este tipo de fachada es un sistema constructivo de cerramiento exterior que garantiza un mejor aislamiento térmico y acústico de las viviendas. Hoy en día, se considera una de las soluciones más eficaces por su excelente comportamiento térmico.

Instalar una fachada ventilada es apostar por calidad, ahorro, sostenibilidad y diseño. Al tratarse de un perfecto aislante térmico, aumenta el confort y reduce considerablemente las facturas de la calefacción. Además, es incombustible e impermeable, ya que acaba con las posibles filtraciones de agua. Los vecinos no tendrán que preocuparse por las condiciones temporales adversas como lluvias torrenciales o grandes nevadas. Por ello, la apariencia del inmueble permanecerá igual que el primer día de la instalación de la fachada ventilada y su vida útil aumentará.

Asimismo, el mantenimiento de este tipo de fachada es prácticamente nulo. Al no producirse cambios bruscos de temperatura se evita, en gran medida, la aparición de fisuras y grietas. Si  hay que hacer alguna reparación, no te preocupes. No hay que picar el muro. Simplemente se reparan las piezas dañadas y se vuelven a colocar en su sitio.

En qué consiste un sistema de fachada ventilada

La principal diferencia de elegir una empresa de fachadas ventiladas respecto a otro tipo de sistemas de aislamiento es la creación de la cámara de aire y el efecto chimenea que produce, generando una ventilación constante.

  • El muro de soporte es el cerramiento que asegura la estabilidad del inmueble. Es importante que sea lo suficientemente estable para aguantar todo el peso del revestimiento. Puede estar constituido por materiales como ladrillo, hormigón o madera.
  • La cámara de aire forma el espacio que permite la circulación de aire continua entre el muro de soporte y la capa aislante. Cabe destacar la importancia de tener una correcta ventilación y una buena protección para evitar la entrada de agua.
  • La capa aislante se encarga de conseguir el mayor aislamiento térmico y acústico. Se puede realizar tanto en el interior como en el exterior de la vivienda. Sin embargo, se recomienda hacerlo en este último para garantizar un mayor rendimiento. Pueden utilizarse distintos materiales aislantes y su elección dependerá de las necesidades de cada inmueble.
  • La capa de revestimiento puede ser de materiales como la cerámica, pizarra natural, madera o cerramientos metálicos. Aunque es importante la estética del edificio, no podemos perder de vista la resistencia y durabilidad de los materiales.

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